sábado, 7 de marzo de 2015

Interstellar: ¿La nueva 2001?


Del  Nolan de 'Memento'  ya no queda ni rastro. Aquél que una vez fue primerizo y carecía de grandes medios financieros, abundaba en recursos cinematográficos. Pero ha ido sufriendo una metamorfosis que lo ha llevado al Nolan taquillero, de mano del caballero que se mueve en la oscuridad. Sin embargo ese paseo en la oscuridad siempre será más entretenido, que el turbulento viaje de 'Origen'. 


Christopher Nolan relaja el ritmo de los últimos años en 'Interstellar', un largometraje más equilibrado, más pausado, pero trepidante de igual manera, con sentimientos a los que no estamos tan acostumbrados de ver en él: amor, relaciones paterno-filiales, el destino de la humanidad y aquello que se nos escapa a la comprensión. Como resultado obtenemos una cinta del más puro género de la ciencia-ficción. 

Y ahora viene la pregunta que muchos se niegan a realizarse: ¿Qué falla?

Nolan nos quería traer una obra difícil, llena de similitudes y guiños a '2001: Odisea en el espacio', que prácticamente nos invita a compararla con ella, de hecho el mayor problema de la cinta de Nolan es que exista la de Kubrick. Pero las comparaciones con '2001' son odiosas. Por lo que me limitaré a obviar, ya que personalmente me parece que ni siquiera se pueden comparar. Haría falta que el espacio se doblara a través de un agujero de gusano y eso sólo pasa en las películas.

Respondamos a la pregunta. Nolan acierta y se equivoca, no dialoga con la obra, no la deja respirar por si sola. Ese ritmo, pausado, intenso - en casi tres horas de metraje - que es capaz de encontrar, lo rompe repetidamente con el diálogo en exceso, con la necesidad de explicar al espectador cada detalle. Falta silencio. Silencio que es capaz de regalarnos en escenas en el espacio, un gran acierto que el propio Nolan, no siempre respeta.

Los personajes se ven atrapados en el propio guión, es el caso de Matt Damon, en cuya breve aparición no mantiene la boca cerrada ni cinco minutos, resulta hasta ridículo. Otros personajes nos suscitan más emociones, es el caso de la familia de Cooper, que sufre una evolución a medida que la película avanza y se deja ver mediante a los mensajes de vídeo, de nuevo, un acierto.

En definitiva, Nolan debe aprender que a veces es favorable que el puzzle no se pueda completar, que las piezas perdidas sean remplazadas por cada una de nuestras reflexiones y ocurrencias. Es preferible que el espectador dialogue con las imágenes. Algo que '2001' le tuvo que haber enseñado, pero que a pesar de sus muchos guiños, Christopher Nolan no supo aprender.

Lejos está de ser calificada como lo que pretendía ser, no llega a la trascendencia y se queda, simplemente, en una buena película de ciencia-ficción que nada tiene que envidiar a las más modestas como 'Moon'.


P.D: A la obra le sobran los últimos cinco minutos de película. Cooper no tenía que haber vuelto.